La Reseña del Libro "HAMLET" por Shakespeare
La Reseña del Libro "HAMLET" por Shakespeare
La portada original |
Como el segundo libro que sucederá a "El Mercader de Venecia", había elegido Hamlet que leí con enorme gusto y placer aunque me costó bastante el seguimiento del guión por completo, ya que Hamlet pertenece a una de las obras más complejas y enredadas de Shakespeare. En fin, logré acabar esta obra a pesar de su inglés abstruso, por lo menos para un lector moderno visto que ésto es el inglés estándar de su época.
Afuera de su universo, con respecto a la historia de la obra, la fecha exacta de su escritura aún está en disputa. Al ser la obra más larga de Shakespeare, se conservaron hasta el día de hoy tres versiones tempranas, lo que complica la determinación de su fecha de composición. Como obra, es verosímil que se base en dos fuentes extrínsecas: la leyenda de Amleth y Ur-Hamlet (Hamlet Original). Compuesta plausiblemente entre los años 1599 y 1601, la obra fue publicada en 1603 por primera vez y se convirtió en una de las obras más influyentes de la literatura inglesa. Asimismo, ella tuvo repercusiones más allá de las fronteras del reino inglés y consiguió una popularidad y admiración a escala mundial.
Hamlet es una magna obra de teatro, una de las más cabales de Shakespeare que aborda como tema el anhelo de venganza de un príncipe homónimo del libro, Hamlet, por el asesinato de su padre, el antiguo rey de Dinamarca, y la usurpación de su corona por parte de su tío Claudio. Al lado de este tópico principal, el guión ya está generosamente salpicado de acaecimientos secundarios que inciden considerablemente en la historia.
Aunque compleja, esta obra es muy reveladora en lo que atañe al polifacetismo de la naturaleza humana, ya que cada uno de los personajes guarda algún secreto y uno está listo para traicionar al otro. La existencia de un ser abstracto atormenta al protagonista homónimo de la obra pero tampoco sabe si se trata de una visión verdadera. En Hamlet de Shakespeare, nadie es quien parece. En medio de marañas políticas y dinásticas, Hamlet debe tejer sus alianzas hábilmente y elegir a personas fidedignas para desentrañar los misterios que rodean la muerte de su padre y afrontar los óbices que el futuro le depara.
En resumen, la obra empieza por la aparición de un fantasma ante dos vigilantes nocturnos llamados Bernardo y Francisco acompañados de un confidente, un amigo culto llamado Horatio, en medio de la noche en la explanada delante del castillo. Por su semejanza al antiguo rey Old Hamlet, Horatio decide informar a su amigo cercano el Príncipe Hamlet de un tal incidente, ya que es el hijo de dicho rey. Cuando por fin encuentran a Hamlet, él está de luto, gravemente afligido por el fallecimiento de su padre y del matrimonio precipitado de su madre con su tío que Hamlet tilda de incestuoso, a tal punto que su tío que asumió el reino tras su hermano le consuela y recomienda que debería dejar pasar. Al aprender de lo ocurrido, Hamlet acude a aquella explanada el día siguiente mientras que los soldados montan la guardia y el fantasma espeluznante se asoma en el lugar indicado y de la manera indicada. Apartando a Hamlet a un lado, el fantasma se le revela y esclarece su muerte por mordedura de serpiente cuya serpiente es nada más y menos que su hermano, Claudio, el tío de Hamlet que victima al antiguo rey derramandole en la oreja un líquido ponzoñoso. Al desilusionarse, enloquece Hamlet y le promete la venganza.
Al mismo tiempo, el príncipe de Noruega Fortimbrás se encarga de levantar un ejército con el fin de recuperar por la espada algunos condados cedidos al caballeresco rey difunto obtenidos legalmente. El rey Claudio manda sus embajadores y diplomáticos para informarle al viejo rey de las intenciones malévolas y ilegítimas, así que el gran rey de Noruega puede frenar a su súbdito. Dichosamente logran desviarle al príncipe noruego hacia los polacos, bajo la coartada de atacar a cual ya había iniciado todo el alboroto. Consiguientemente se dirige Fortimbrás contra Polonia.
Por otro lado, Hamlet regresa al castillo; se percata de la llegada de los actores de teatro y les pide a ellos una pieza que imitaría el asesinato de su padre y, por consiguiente, inferiría la culpabilidad de su tío de según reaccione. De este modo, Hamlet podrá concluir si la aparición era su padre verdadero o un espíritu demoníaco. A la obra reacciona Claudio con resquemor y despecho, luego sale de la sala de teatro. Pues, Hamlet le halla en una capilla rezando y rogándole a Dios que le absuelva de sus pecados por el asesinato. Detrás de su tío arrodillado, Hamlet desenvaina su espada para vindicar el asesinato pero renuncia porque su padre había muerto en medio de su siesta sin prepararse para presentarse ante Dios como la Extremaunción o la confesión, lo que llevó su alma al infierno. En cambio, Claudio iría al Cielo si él le matase en plena oración, y esto no corresponde, a su parecer, a la retribución que le conviene.
Laertes, el hermano de Orfelia que es la novia de Hamlet se despide para partir con rumbo a Francia por motivos escolares. No obstante, ni su hermano Laertes ni su padre Polonio, también el consejero del rey Claudio, aprueban su relación opinando que un príncipe como Hamlet no podría casarse con cualquiera y lo que anhela con Orfelia no es el matrimonio, sino la seducción. Por así decirlo, Hamlet lidia simultáneamente con asuntos románticos y familiares. El rey Claudio y el padre de Orfelia, Polonio, acuerdan espiar a Hamlet a escondidas, como si no bastara con mandar a dos de sus compañeros de escuela para vigilar a Hamlet, precisamente Rosencrantz y Guildenstern, detrás de un tapiz durante su conversación con Orfelia para averiguar si lo que estriba en el constante sinsabor e incesante tribulación del joven príncipe sería algún capricho amoroso o un amor verdadero y sincero, ya que Hamlet no cesa de hostigarla con continuos cortejos. Justo ahí, hace un berrinche y riñe a Orfelia para que se convierta en monja en un convento y no acercársele nunca.
Entretanto, la madre de Hamlet, la reina Gertrudis invoca a su hijo para reprenderle por el espectáculo teatral escandaloso. En la habitación, Polonio espía detrás del tapiz y ve que Hamlet y Gertrudis altercan vehementemente. La pendencia escala y Hamlet deja escapar a gritos el asesinato de su padre por su tío y Gertrudis se asusta de ver la violencia de su hijo. Piensa que la matará y grita para pedir ayuda; junto a ella, Polonio grita también y Hamlet, tomando la voz detrás del tapiz por él de su tío, derriba la figura escondida de un espadazo. Al descubrir la realidad, lleva el cadáver a rastras y Claudio exilia a su sobrino para Inglaterra, encomendándole a uno de la tripulación clandestinamente una carta donde pide al rey de Inglaterra el ajusticiamiento inmediato de su sobrino. Sin embargo, el barco que transporta a Hamlet es asaltado en alta mar por los piratas y Hamlet, capturado por los mismos, llega a volver a suelo danés. Además, envía cartas a múltiples personas para avisar de su retorno.
Simultáneamente con este acontecimiento, Laertes, de vuelta desde Francia y al tanto de la pérdida de su padre Polonio, culpa al rey Claudio por esto y reivindica la retribución pero Claudio llega a convencerle a él de la culpabilidad de Hamlet que había exiliado a Inglaterra a su muerte. Justo en aquel momento, las malas noticias suenan : Orfelia acaba de ahogarse en un arroyo. Cómo pasó esto, no era claro. Al momento de su entierro, Hamlet se topa con la ceremonia fúnebre sin saber quién está siendo sepultado y se percata de que es Orfelia cuando Laertes baja a la tumba para besarla por última vez. Enseguida salta Hamlet a la tumba arremetiendo contra Laertes hasta que los aparta la multitud.
Al fin y al cabo, el rey Claudio y Laertes urden una trama para finalmente asesinar a Hamlet y dar a su muerte la apariencia de ser un accidente. Para solventar esta desavenencia, Claudio concertará un partido de esgrima entre Laertes y Hamlet donde la punta de la espada de Laertes estará cubierta de veneno para emponzoñar a su adversario. Para garantizar la consecución del asesinato, Claudio tendrá a su disposición una copa de bebida ponzoñosa para que beba Hamlet de ella al fin del duelo. El día del encuentro llega y ambos luchan en la arena. Al recibir Hamlet ningún golpe, Claudio le ofrece la copa para que se refresce; nada más rehusar, su madre la reina Gertrudis agarra la copa y traga la bebida ponzoñosa aunque el rey Claudio intenta detenerla; por consiguiente, Gertrudis muere. Herido por la espada venenosa, Hamlet y Laertes intercambian accidentalmente las espadas durante una lucha donde las dejan caer y Hamlet logra lacerar a Laertes con esta misma espada. Al borde de la muerte, Laertes pide perdón por todo esto y le echa la culpa al rey, Claudio. Hamlet le hiere al rey con su espada y el rey bebe también de la copa. El rey Claudio muere, Laertes muere y en fin, Hamlet se colapsa. Se le acerca Horatio; Hamlet, después de pedirle a Horatio que relate la verdad sobre todo lo ocurrido, sucumbe a los efectos letales del veneno y muere también.
Justo después de esta calamidad, el príncipe noruego viene para visitar a Claudio y informarle a él de las noticias sobre los polacos combatidos pero solo presencia la extinción de la casa real danesa. Por ende, reclama el reino danés para sí mismo, asume el trono y se declara rey de Dinamarca. Así se sella la obra.
Una atmósfera macabra y fatídica domina casi todas las escenas en su entereza. Pese a ser una obra alambicada, resulta una narrativa cautivadora por los sucesos que se encadenan de manera continua y la presencia de múltiples misterios contribuye abundantemente a la intriga. Cada capítulo se escurre con la misma alacridad de guepardo mediante su efecto hechicero. El tema de la casualidad está bien ilustrada y minuciosamente escudriñada en la obra; cada acto tiene una consecuencia y un asesinato astuto y subrepticia lleva todo un reino al colapso. Considero la última palabra bastante adecuada porque el reino entero pasa bajo control noruego y todos pierden al final. De este punto de vista y teniendo en cuenta la sociedad de aquel entonces, esta pieza de teatro posee un efecto disuasorio para impedir tales actos cometidos por interés propio.
A modo de conclusión, Hamlet pertenece a ciencia cierta y stricto sensu a la categoría de las obras maestras del gran literato inglés. Compagina adiestramente un relato cuidadoso, un estilo excepcional y una realidad cruda en un conjunto desconcertador. En ella, nos enfrentamos a las intrigas alevosas en tanto que sentimos un enorme abanico de emociones desde la decepción hasta el reconcomio. Cada matiz del sentimiento humano atraviesa nuestras almas al perdernos en los hondos dédalos de Hamlet, y, al ver algo incognoscible o por lo menos sospechoso, todos respondemos igual: ¿ Es lo que parece?
Os agradezco mucho la lectura,
Afuera de su universo, con respecto a la historia de la obra, la fecha exacta de su escritura aún está en disputa. Al ser la obra más larga de Shakespeare, se conservaron hasta el día de hoy tres versiones tempranas, lo que complica la determinación de su fecha de composición. Como obra, es verosímil que se base en dos fuentes extrínsecas: la leyenda de Amleth y Ur-Hamlet (Hamlet Original). Compuesta plausiblemente entre los años 1599 y 1601, la obra fue publicada en 1603 por primera vez y se convirtió en una de las obras más influyentes de la literatura inglesa. Asimismo, ella tuvo repercusiones más allá de las fronteras del reino inglés y consiguió una popularidad y admiración a escala mundial.
Hamlet es una magna obra de teatro, una de las más cabales de Shakespeare que aborda como tema el anhelo de venganza de un príncipe homónimo del libro, Hamlet, por el asesinato de su padre, el antiguo rey de Dinamarca, y la usurpación de su corona por parte de su tío Claudio. Al lado de este tópico principal, el guión ya está generosamente salpicado de acaecimientos secundarios que inciden considerablemente en la historia.
Aunque compleja, esta obra es muy reveladora en lo que atañe al polifacetismo de la naturaleza humana, ya que cada uno de los personajes guarda algún secreto y uno está listo para traicionar al otro. La existencia de un ser abstracto atormenta al protagonista homónimo de la obra pero tampoco sabe si se trata de una visión verdadera. En Hamlet de Shakespeare, nadie es quien parece. En medio de marañas políticas y dinásticas, Hamlet debe tejer sus alianzas hábilmente y elegir a personas fidedignas para desentrañar los misterios que rodean la muerte de su padre y afrontar los óbices que el futuro le depara.
En resumen, la obra empieza por la aparición de un fantasma ante dos vigilantes nocturnos llamados Bernardo y Francisco acompañados de un confidente, un amigo culto llamado Horatio, en medio de la noche en la explanada delante del castillo. Por su semejanza al antiguo rey Old Hamlet, Horatio decide informar a su amigo cercano el Príncipe Hamlet de un tal incidente, ya que es el hijo de dicho rey. Cuando por fin encuentran a Hamlet, él está de luto, gravemente afligido por el fallecimiento de su padre y del matrimonio precipitado de su madre con su tío que Hamlet tilda de incestuoso, a tal punto que su tío que asumió el reino tras su hermano le consuela y recomienda que debería dejar pasar. Al aprender de lo ocurrido, Hamlet acude a aquella explanada el día siguiente mientras que los soldados montan la guardia y el fantasma espeluznante se asoma en el lugar indicado y de la manera indicada. Apartando a Hamlet a un lado, el fantasma se le revela y esclarece su muerte por mordedura de serpiente cuya serpiente es nada más y menos que su hermano, Claudio, el tío de Hamlet que victima al antiguo rey derramandole en la oreja un líquido ponzoñoso. Al desilusionarse, enloquece Hamlet y le promete la venganza.
La aparición del fantasma |
Al mismo tiempo, el príncipe de Noruega Fortimbrás se encarga de levantar un ejército con el fin de recuperar por la espada algunos condados cedidos al caballeresco rey difunto obtenidos legalmente. El rey Claudio manda sus embajadores y diplomáticos para informarle al viejo rey de las intenciones malévolas y ilegítimas, así que el gran rey de Noruega puede frenar a su súbdito. Dichosamente logran desviarle al príncipe noruego hacia los polacos, bajo la coartada de atacar a cual ya había iniciado todo el alboroto. Consiguientemente se dirige Fortimbrás contra Polonia.
Por otro lado, Hamlet regresa al castillo; se percata de la llegada de los actores de teatro y les pide a ellos una pieza que imitaría el asesinato de su padre y, por consiguiente, inferiría la culpabilidad de su tío de según reaccione. De este modo, Hamlet podrá concluir si la aparición era su padre verdadero o un espíritu demoníaco. A la obra reacciona Claudio con resquemor y despecho, luego sale de la sala de teatro. Pues, Hamlet le halla en una capilla rezando y rogándole a Dios que le absuelva de sus pecados por el asesinato. Detrás de su tío arrodillado, Hamlet desenvaina su espada para vindicar el asesinato pero renuncia porque su padre había muerto en medio de su siesta sin prepararse para presentarse ante Dios como la Extremaunción o la confesión, lo que llevó su alma al infierno. En cambio, Claudio iría al Cielo si él le matase en plena oración, y esto no corresponde, a su parecer, a la retribución que le conviene.
Laertes, el hermano de Orfelia que es la novia de Hamlet se despide para partir con rumbo a Francia por motivos escolares. No obstante, ni su hermano Laertes ni su padre Polonio, también el consejero del rey Claudio, aprueban su relación opinando que un príncipe como Hamlet no podría casarse con cualquiera y lo que anhela con Orfelia no es el matrimonio, sino la seducción. Por así decirlo, Hamlet lidia simultáneamente con asuntos románticos y familiares. El rey Claudio y el padre de Orfelia, Polonio, acuerdan espiar a Hamlet a escondidas, como si no bastara con mandar a dos de sus compañeros de escuela para vigilar a Hamlet, precisamente Rosencrantz y Guildenstern, detrás de un tapiz durante su conversación con Orfelia para averiguar si lo que estriba en el constante sinsabor e incesante tribulación del joven príncipe sería algún capricho amoroso o un amor verdadero y sincero, ya que Hamlet no cesa de hostigarla con continuos cortejos. Justo ahí, hace un berrinche y riñe a Orfelia para que se convierta en monja en un convento y no acercársele nunca.
Entretanto, la madre de Hamlet, la reina Gertrudis invoca a su hijo para reprenderle por el espectáculo teatral escandaloso. En la habitación, Polonio espía detrás del tapiz y ve que Hamlet y Gertrudis altercan vehementemente. La pendencia escala y Hamlet deja escapar a gritos el asesinato de su padre por su tío y Gertrudis se asusta de ver la violencia de su hijo. Piensa que la matará y grita para pedir ayuda; junto a ella, Polonio grita también y Hamlet, tomando la voz detrás del tapiz por él de su tío, derriba la figura escondida de un espadazo. Al descubrir la realidad, lleva el cadáver a rastras y Claudio exilia a su sobrino para Inglaterra, encomendándole a uno de la tripulación clandestinamente una carta donde pide al rey de Inglaterra el ajusticiamiento inmediato de su sobrino. Sin embargo, el barco que transporta a Hamlet es asaltado en alta mar por los piratas y Hamlet, capturado por los mismos, llega a volver a suelo danés. Además, envía cartas a múltiples personas para avisar de su retorno.
Simultáneamente con este acontecimiento, Laertes, de vuelta desde Francia y al tanto de la pérdida de su padre Polonio, culpa al rey Claudio por esto y reivindica la retribución pero Claudio llega a convencerle a él de la culpabilidad de Hamlet que había exiliado a Inglaterra a su muerte. Justo en aquel momento, las malas noticias suenan : Orfelia acaba de ahogarse en un arroyo. Cómo pasó esto, no era claro. Al momento de su entierro, Hamlet se topa con la ceremonia fúnebre sin saber quién está siendo sepultado y se percata de que es Orfelia cuando Laertes baja a la tumba para besarla por última vez. Enseguida salta Hamlet a la tumba arremetiendo contra Laertes hasta que los aparta la multitud.
La escena de los sepultureros |
Justo después de esta calamidad, el príncipe noruego viene para visitar a Claudio y informarle a él de las noticias sobre los polacos combatidos pero solo presencia la extinción de la casa real danesa. Por ende, reclama el reino danés para sí mismo, asume el trono y se declara rey de Dinamarca. Así se sella la obra.
Una atmósfera macabra y fatídica domina casi todas las escenas en su entereza. Pese a ser una obra alambicada, resulta una narrativa cautivadora por los sucesos que se encadenan de manera continua y la presencia de múltiples misterios contribuye abundantemente a la intriga. Cada capítulo se escurre con la misma alacridad de guepardo mediante su efecto hechicero. El tema de la casualidad está bien ilustrada y minuciosamente escudriñada en la obra; cada acto tiene una consecuencia y un asesinato astuto y subrepticia lleva todo un reino al colapso. Considero la última palabra bastante adecuada porque el reino entero pasa bajo control noruego y todos pierden al final. De este punto de vista y teniendo en cuenta la sociedad de aquel entonces, esta pieza de teatro posee un efecto disuasorio para impedir tales actos cometidos por interés propio.
A modo de conclusión, Hamlet pertenece a ciencia cierta y stricto sensu a la categoría de las obras maestras del gran literato inglés. Compagina adiestramente un relato cuidadoso, un estilo excepcional y una realidad cruda en un conjunto desconcertador. En ella, nos enfrentamos a las intrigas alevosas en tanto que sentimos un enorme abanico de emociones desde la decepción hasta el reconcomio. Cada matiz del sentimiento humano atraviesa nuestras almas al perdernos en los hondos dédalos de Hamlet, y, al ver algo incognoscible o por lo menos sospechoso, todos respondemos igual: ¿ Es lo que parece?
Os agradezco mucho la lectura,
Athel.
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