La Reseña del Libro "El Viaje al Centro de la Tierra" por Julio Verne
La Reseña del Libro "El Viaje al Centro de la Tierra" por Julio Verne
Hace unos días acabé una de las obras más largas del ínclito autor Julio Verne: El Viaje al Centro de la Tierra. Ya que es una de las obras literarias que leí después de mudarme a la provincia de Antalya por fines laborales, no pude verdaderamente dedicar mi potencial completo a la lectura de este libro intrigante. Aunque haya podido leer "El Extranjero" de Albert Camus en un periodo de tiempo relativamente corto, eso atribuyo a la cortedad del libro. En cambio, El Viaje al Centro de la Tierra duró unos 3 meses para mí. Al momento de escribir esta reseña, somos el primero de enero del nuevo año 2025. Por lo tanto, tengo preparada una resolución del año nuevo que incluye un hábito de lectura más intenso a ciencia cierta.
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| La cubierta del libro |
En cuanto al libro, es un libro de ciencia-ficción en su pura belleza. Puedo aseverar seguramente que representa el apogeo de la imaginación de Julio Verne. Su estilo no es alambicado como el de Marcel Proust o rebosante de descripciones prolijas y farragosas como el de Victor Hugo. Como en la mayoría de sus otras obras, Julio Verne antepone en esta obra el uso de un lenguaje claro y entendible para realzar el elemento de la curiosidad y fluidez sin embrollar la comprensión. De este modo, él mantiene la curiosidad despertada y no causa que el lector pierda el hilo del guion. Sin embargo, vale la pena agregar que él es un autor muy hábil en basar toda su ficción sobre argumentos aparentemente científicos. Aunque el profesor Lidenbrock exponga ideas extravagantes y absurdas para el mundo científico desde un punto de vista moderno, un ciudadano medio no podría rebatir sus leyes físicas ficticias o contradecir sus teorías en su época. Conforme con esto, él utiliza datos matemáticos y términos geológicos para adelantar las leyes de la física de su universo ficticio, lo que puede dificultar su estilo en cierta medida.
Mientras que, en la vida real, la temperatura aumenta a medida que se baja o profundiza en la corteza terrestre, Julio Verne, a sabiendas o no, aplica una ley de la física contradictoria con la realidad. Es que la temperatura cesa de subir a partir de un cierto punto por un mecanismo geológico ficticio cuyos pormenores no me devané los sesos por comprender. A lo largo de la narrativa rigen el universo de la novela tales leyes, mecanismos o bien teorías por el estilo.
Mientras que, en la vida real, la temperatura aumenta a medida que se baja o profundiza en la corteza terrestre, Julio Verne, a sabiendas o no, aplica una ley de la física contradictoria con la realidad. Es que la temperatura cesa de subir a partir de un cierto punto por un mecanismo geológico ficticio cuyos pormenores no me devané los sesos por comprender. A lo largo de la narrativa rigen el universo de la novela tales leyes, mecanismos o bien teorías por el estilo.
En paralelo con la mayoría de sus obras, tenemos a un protagonista quijotesco y ambicioso que se empeña en emprender algo desafiante y arrastra consigo a un prójimo que se involucra de regañadientes.
En este caso, el protagonista es el profesor Lidenbrock y el desafortunado acompañante es su sobrino Axel que está en pareja con una mujer de origen báltico llamada Graüben, su prometida. La historia empieza con que el profesor Lidenbrock descifra el significado de un manuscrito islandés que data de siglos atrás. En él, un sabio llamado Arne Saknussemm, también el escritor del manuscrito, se habría adentrado en el centro de la Tierra a través de un volcán sito en Islandia. Aguijoneado por su propia curiosidad extremadamente inquisitiva, él resolve emprender un viaje audaz, haciendo muestra de admirable valentía. No obstante, convence a su nieto Axel para que se junte a él en su emprendimiento arriesgado. Tras esto, su sobrino deja su amor atrás, deseando que esto no sea permanente, para partir al centro de la Tierra desde su morada en Hamburgo, Alemania. Haciendo escala en algunas ciudades como Lübeck y Copenhague, arriban en suelo islandés y contratan a un guía local, Hans, que es un hombre alto y membrudo con cabello rubio. La historia sigue con su entrada por el orificio del volcán Sneffels en la capa interior de la Tierra y el profesor mapea los lugares por los cuales pasan e inspecciona tanto los fósiles como los minerales con los que se topa.
Un dato curioso pero divertido de la narrativa es que bautizan a puntos de referencia con sus nombres: "Hans-Bach" para el rió que los guía hacia el núcleo terrestre, "La Mer Lidenbrock" para el mar en el corazón del mundo, "Port-Graüben" para el puerto natural en aquel mar y más. Entretanto se pierde Axel y se encuentran de nuevo, exploran especies extintas sobre la faz de la Tierra y descubren esqueletos humanos. Al ser bloqueado por el mar Lidenbrock, improvisan una balsa e intentan navegar hasta la costa opuesta pero una tormenta los obliga a varar en la misma orilla, lo que resulta ser una dicha porque descubren los rastros dejados por Saknussemm, un par de letras en el alfabeto rúnico. Tras atreverse a continuar su camino por dónde Saknussemm dejó la pista, se ven bloqueados por una roca. Después de reventar una galería obstruida por la roca, se produce una serie de accidentes que los lleva con su balsa hacia la chimenea de un volcán sito frente a las costas italianas que los expulsa. Así se termina su aventura y regresan a la civilización, marcando la historia para siempre y catapultándose a la fama para siempre. A pesar de todo, un misterio sigue sin entrañar, el de la brújula que indica el punto cardinal equivocado, ya que deberían haber salido en una región árctica según la indicación de la brújula. Al fin de la historia, Axel averigua que la brújula había sido desorientada por efectos magnéticos y la historia acaba con todas las preguntas contestadas.
Excepto los términos científicos y estadísticas complejas con números incalculables, la novela es fácilmente legible y fluida por lo general. Al contrario de obras con un sinfín de personajes enmarañados, el contenido de la obra es mayoritariamente pegadiza, es decir, fácil de recordar. Es patente que Julio Verne dirigió esta obra suya, como todas las demás, al gran público con el fin de que todos los estratos sociales pudiesen aprovechar.
A modo de conclusión, su imaginación es igualmente benemérita, encomiable en toda la acepción de la palabra. Si bien erige un universo sobre fundamentos físicos arbitrarios y disparatados, los presenta de tal modo que parezcan totalmente posibles. Por ende, no se puede adelantar que su contenido raye en la fantasía. Visto desde esta perspectiva, se lo puede llamar como la cumbre del género ciencia-ficción. Es una obra admirable y memorable que vale la pena leer y que recomendaría a todos los lectores que gozan de la ficción.
En este caso, el protagonista es el profesor Lidenbrock y el desafortunado acompañante es su sobrino Axel que está en pareja con una mujer de origen báltico llamada Graüben, su prometida. La historia empieza con que el profesor Lidenbrock descifra el significado de un manuscrito islandés que data de siglos atrás. En él, un sabio llamado Arne Saknussemm, también el escritor del manuscrito, se habría adentrado en el centro de la Tierra a través de un volcán sito en Islandia. Aguijoneado por su propia curiosidad extremadamente inquisitiva, él resolve emprender un viaje audaz, haciendo muestra de admirable valentía. No obstante, convence a su nieto Axel para que se junte a él en su emprendimiento arriesgado. Tras esto, su sobrino deja su amor atrás, deseando que esto no sea permanente, para partir al centro de la Tierra desde su morada en Hamburgo, Alemania. Haciendo escala en algunas ciudades como Lübeck y Copenhague, arriban en suelo islandés y contratan a un guía local, Hans, que es un hombre alto y membrudo con cabello rubio. La historia sigue con su entrada por el orificio del volcán Sneffels en la capa interior de la Tierra y el profesor mapea los lugares por los cuales pasan e inspecciona tanto los fósiles como los minerales con los que se topa.
Un dato curioso pero divertido de la narrativa es que bautizan a puntos de referencia con sus nombres: "Hans-Bach" para el rió que los guía hacia el núcleo terrestre, "La Mer Lidenbrock" para el mar en el corazón del mundo, "Port-Graüben" para el puerto natural en aquel mar y más. Entretanto se pierde Axel y se encuentran de nuevo, exploran especies extintas sobre la faz de la Tierra y descubren esqueletos humanos. Al ser bloqueado por el mar Lidenbrock, improvisan una balsa e intentan navegar hasta la costa opuesta pero una tormenta los obliga a varar en la misma orilla, lo que resulta ser una dicha porque descubren los rastros dejados por Saknussemm, un par de letras en el alfabeto rúnico. Tras atreverse a continuar su camino por dónde Saknussemm dejó la pista, se ven bloqueados por una roca. Después de reventar una galería obstruida por la roca, se produce una serie de accidentes que los lleva con su balsa hacia la chimenea de un volcán sito frente a las costas italianas que los expulsa. Así se termina su aventura y regresan a la civilización, marcando la historia para siempre y catapultándose a la fama para siempre. A pesar de todo, un misterio sigue sin entrañar, el de la brújula que indica el punto cardinal equivocado, ya que deberían haber salido en una región árctica según la indicación de la brújula. Al fin de la historia, Axel averigua que la brújula había sido desorientada por efectos magnéticos y la historia acaba con todas las preguntas contestadas.
Excepto los términos científicos y estadísticas complejas con números incalculables, la novela es fácilmente legible y fluida por lo general. Al contrario de obras con un sinfín de personajes enmarañados, el contenido de la obra es mayoritariamente pegadiza, es decir, fácil de recordar. Es patente que Julio Verne dirigió esta obra suya, como todas las demás, al gran público con el fin de que todos los estratos sociales pudiesen aprovechar.
A modo de conclusión, su imaginación es igualmente benemérita, encomiable en toda la acepción de la palabra. Si bien erige un universo sobre fundamentos físicos arbitrarios y disparatados, los presenta de tal modo que parezcan totalmente posibles. Por ende, no se puede adelantar que su contenido raye en la fantasía. Visto desde esta perspectiva, se lo puede llamar como la cumbre del género ciencia-ficción. Es una obra admirable y memorable que vale la pena leer y que recomendaría a todos los lectores que gozan de la ficción.
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| Especies que descubrieron en el centro de la Tierra |
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