Bestiario Audaz : Los Wendigos

 Bestiario Audaz

Los Wendigos

 Por una noche desapacible, os encontráis en el medio de un bosque lujuriante en el corazón de los majestuosos Montes Apalaches, en el este del continente americano. Anocheció hace mucho y solo la oscuridad que se había abatido sobre vosotros prevalece hasta donde la vista puede alcanzar. Os turba la atmósfera lóbrega y del área desolada que se circunscribe a una muchedumbre de árboles dominada por las tinieblas siniestras. Sopla una brisa justo en vuestra nuca deenuda y os da escalofríos. De repente, oís un ruido que se asemeja al chillido de un niño huérfano afligido que lamenta el fallecimiento de sus padres a llantos. Os acercáis a zancadas para verificar con una curiosidad bonachona y naif; no obstante, presentís algo, mejor dicho, tenéis una corazonada aciaga. Cuánto más os acercáis de la fuente del sonido, más tensos y rígidos se ponen vuestros músculos con espeluzno. A pesar de todo esto, mantenéis la actitud tanto resoluta como contumaz sin saber que esta porfía os costará la vida. Rodeáis el árbol y os percatáis de que lo que producía estos gritos no era un niño, sino un monstruo. A los pocos segundos de avistaros se abalanza sobre vosotros y clava sus afilados dedos en vuestras sienes, hundiendo sus pulgares en vuestros ojos, penetrando el cerebro y ocasionando la muerte instantáneamente. Si bien estáis muertos, hay que consolarse con que él podría preferir desollaros y comeros vivos. Esta espeluznante criatura humanoide de gigantesco tamaño, demoníaca apariencia, hambriento semblante y afilados miembros merodea por las montañas acechando a otros humanos con un apetito insaciable por la carne human desde el anochecer hasta el amanecer. Se llama Wendigo.

La Ilustración de un Wendigo

 El Wendigo es un espíritu malévolo y una bestia mítica a la vez,  perteneciente a la creencia algonquina. Para resumir, los algonquinos son una nación indígena, un pueblo amerindio que vive a lo largo de la zona entre los Grandes Lagos y los Apalaches en el este de América del Norte. Aunque sea principalmente un mito exclusivamente algonquino, se extendió a numerosas otras tribus, propagándose aprisa gracias al contacto de los algonquinos con otras tribus tales como los hurones, los iroqueses y los tomahawk. A día de hoy, el wendigo existe con distintas variantes en una descomunal red de tribus amerindias, conocido bajo apelativos ligeramente diferentes. 

 Según la leyenda original, la de los algonquinos, el espíritu malicioso de Wendigo ronda afuera, impulsándo a los intrusos de su zona a recurrir al canibalismo avivando su hambre. Cuando alguien ceda ante la tentación, sea cual sea su motivo, y empiece a masticar un trozo de carne humana, el espíritu se instala en el cuerpo del caníbal y se hospeda ahí. Cuando ocurra esto, aquella persona se transforma poco a poco en wendigo. En el curso de la metamorfosis, la pobre persone comienza a tener una forma humanoide y sus miembros se alargan sin ensancharse, concediéndole una apariencia escuálida y inconmensurablemente delgada. Los colmillos alcanzan hasta cinco centímetros y se vuelven más filosos de lo habitual y normal. En un Wendigo, los labios son casi inexistentes porque se los devoran por desesperación desgarrándolos a raíz del estado de inanición, que le impide satisfacer su apetito voraz e insaciable sin importar cuánto coma. Al igual que su altura imponente, sus dedos cobran una forma semejante a las garras con uñas punzantes. Algunas narrativas les atribuyen a los wendigos cuernos en su descripción. A estas alturas, se trata de una cornamienta curvada que se ramifica cada vez más a medida que se sube a lo alto. Tal vez sea una añadidura impregnada con sincretismo cristiano que considera a los cuernos como un elemento diabólico. En resumen, parece una bestia demoníaca de tamaño ingente y brutalidad irrefrenablemente brutal. En ninguna ocasión hace gala de compasión o satisfacción y embiste todos los humanos que encuentra en su camino y se los zampa vivos después de desollaros en el peor de los casos.

  A pesar de que no sea tan fácil determinar la razón exacta, se recomienda supersticiosamente correr las cortinas y cerrar las persianas después de la puesta del sol en los Apalaches por motivos de seguridad. Se les desalienta a los valientes aventureros de mirar fuera por las ventanas durante las noches. Por otra parte, para los autóctonos de estas regiones, los wendigos no son las únicas criaturas que habitan ahí ya que ellos tienen creencias animistas que dictan que todas las cosas como montañas, bosques, rocas y grutas entre otros, tienen un alma y son seres vivos. Por ende, todo les puede beneficiar o dañar en función de cómo se portan hacia él. 

 En cuanto a las fortalezas y debilidades del wendigo, tienen una piel acerada que no penetran ni cuchillos ni balas. En cambio, sus pieles son demasiado sensibles al fuego porque las llamas chamuscan su piel. Por lo tanto, un hombre no tiene ninguna oportunidad de triunfar contra un wendigo a menos que lo abrase manipulando el fuego, como se ilustra en el videojuego Until Dawn con un viejo hombre indígena que manejaba un lanzallamas.

Until Dawn

 El wendigo es una bestia depredadora nocturna que caza justo hasta el alba. Cuando el cuerpo que alberga fallece, el espíritu del Wendigo se libera y reanuda su itinerancia a través de la zona en busca de un nuevo huésped que recurrirá al canibalismo. Por esto, supuestos cazadores de wendigos afirman cautivar y aprisionarlos en cualquier lugar como jaulas o celdas para que los espíritus malignos no se liberen. Según ellos, victimarlos es un último recurso al que recurren cuando ne les queda otra. 

 Por último, vale agregar que recurrir al canibalismo no es la única vía a través de la cual se propaga la maldición Wendigo a vosotros. Un contacto prolongado con una personada afectada por dicha maldición puede zambulliros de lleno en este destino infausto. En paralelo, los cazadores que pasan tiempo en la naturaleza infestada con los espíritus de Wendigo durante periodos extendidos acaban contrayendo la maldición. Es decir, acaban convirtiéndose en lo que combaten. Es irónico, ¿ no?

 A modo de conclusión, la leyenda de Wendigo es un mito fascinante con múltiples aspectos bastante enigmáticos. Siquiera sea mítico y carente de evidencia palpable y sólida, vale mejor que corramos las cortinas y cerremos las persianas cuando anochece porque siempre pervivirá como una creencia que nunca se desmentirá a ciencia cierta puesto que nadie sabe si, un día, se va a hallar uno.

Os agradezco el tiempo que dedicasteis a la lectura de mi artículo,
Athel.

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