La Basílica de Saint-Denis
La Basílica de Saint-Denis
La Basílica de Saint-Denis, situada al norte de la orilla derecha de París, es un edificio religioso multifacético que supone una importancia inestimable para la historia de Francia. Es una basílica católica que representa el primer ejemplo arquitectónico del arte gótico. Con su potencial turístico, atrae más Sin embargo, su historia se remonta a mucho antes.
Según relata la tradición cristiana, San Denis sería brutalmente decapitado como resultado de las persecuciones romanas. Un milagro se produce entonces justo después de su ejecución despiadada. ¡ Recoge su cabeza del suelo y se pone a caminar! Acorde a la leyenda, así recorre seis kilómetros predicando con su cabeza entre sus manos antes de fallecer, un acto sobrenatural creído por los cristianos que se llama cefalóforo. Tras su beatificación, su lugar de muerte cobró aún más importancia. Por esta razón, Una necrópolis fue construida alrededor del lugar y comenzó a recibir los entierros de personajes ínclitos. Siguió siendo agrandada para dar cabida para los miembros de la dinastía real que quisieron reposar eternamente al lado de San Denis, el dedicatario del puesto. Más tarde en la historia este terreno fue comprado por San Genoveva que era una santa muy apegada a la vida de San Denis y esta última hizo construir una capilla ahí entre los años 450-475. En aquel entonces, la capilla no manifestaba los rasgos de una arquitectura gótica que ya no existía. Desgraciadamente, no conocemos mucho de la antigua iglesia de la cual solo algunos vestigios quedaron. Sin embargo, los historiadores están seguros de que esta capilla desempeñó un papel central en la transición hacia una basílica ya que fue necesario que se la agrandase por razones de demanda. Cuanto más demanda hay, más valor cobra algo.
Con la sepultura del primer rey franco Dagoberto I, este lugar se convirtió en un verdadero camposanto de reyes franceses ya que muchos otros monarcas siguieron su ejemplo, particularmente después de las exequias del rey fundador de la dinastía capeta Hugo Capeto, la mayoría de los miembros de cuya dinastía solicitaron ser sepultados al final de su vida como él. Hasta el siglo XII, la capilla fue promovida a iglesia a través de renovaciones sin cesar a recibir a reyes y reinas muertos. Sin embargo, esta iglesia conoce una vuelta drástica en el siglo XII gracias a un ambicioso abad y estadista, Suger, y su destino cambia para mejor. Para resumir, el abad Suger tiene descomedidas ambiciones para este establecimiento religioso. Al ser consejero del entonces rey Louis XI, le convence de que se reconstruyese la iglesia para realzar más espléndidamente las reliquias de San Denis y revestir la iglesia con una arquitectura tan distinta de lo habitual como marcaría la historia e iniciaría una nueva era arquitectónica. Gracias a denodados esfuerzos de los obreros, la construcción, iniciada en 1140, se da por terminado exitosamente en 4 años y la Basílica de Saint-Denis se abre al público finalmente en 1144. Casi todos los personajes importantes tanto del dominio religioso como del real había concurrido a su inauguración que tuvo lugar el 11 de junio 1144. Si bien sufrió cierto daño con el paso de los años, logró mantenerse de pie a excepción de sus flechas que fueron desmontadas por ser supuestamente el símbolo del antiguo régimen católico durante el Terror, el período entre el 1793 y 1794 denominado así por las turbulencias caóticas del régimen de Robespierre. Para colmo, un gran número de las tumbas reales fueron profanadas por el populacho enrabiado durante el mismo período. Pese a todo lo que sucedió a lo largo de la historia, la Basílica de Saint-Denis preservó su estima acerca del estado y de la gente y fue esporádicamente, mejor dicho cuando fue necesario, renovada y aún sigue ostentando su belleza radiante para sus visitantes.
En cuanto a su arquitectura, el edificio posee propiedades característicamente góticas aunque se puede observar claramente que es un fruto inmaduro del arte gótico cuyo nacimiento simboliza. Si bien su portal frontal posee arcos redondos pertenecientes al arte romano, sus vitrales son más grandes que lo normal y está equipado con un rosetón, un adorno típico del arte gótico a pesar de que existe también en algunas iglesias de arquitectura romana. Su lobreguez, simbólico del luto y de la muerte, es fácilmente perceptible visto de frente contrariamente al abigarramiento de la arquitectura romana. Tiene asimétricamente un solo campanario y sus muros delgados están apuntalados por los contrafuertes erigidos con intervalos regulares que están conectados a la basílica por medio de arbotantes curvos. Entre los arbotantes están colocados ventanas con arcos ojivales, del estilo gótico, equipados dentro con vidrieras sobrias contrariamente a la fachada frontal dotada con arcos romanos. En el interior, se puede ver los arcos en forma de ojiva en el techo que fueron probablemente concebidos de manera que tuviesen cuatro líneas, las dos siendo perpendiculares a las otras dos de comienzo que se unen en lo alto, creando cuatro cuartos de esfera. Como la mayoría preponderante de las iglesias, tiene una nave delimitada por las columnas interiores pero la diferencia es que el espacio entre las columnas destaca por esta misma forma ojival porque rematan en punta hacia arriba y no en un semicírculo. Los vitrales con colores vivos que historian los acontecimientos bíblicos por encima de las columnas que circunscriben la nave. Particularmente para la iglesia, reposan personajes más eminentes de la historia francesa justo detrás del altar en ataudes de piedra con su figura sobre ellos.
Sea dicho de paso, el arte gótico deriva su nombre de los godos que eran tribus bárbaras que, para huir de los hunos, atacaron el imperio romano y saquearon múltiples asentamientos sin escrúpulos. Al principio, este estilo arquitectónico era considerado demasiado lúgubre y feo, por lo que fue atribuido a los godos que representaban un contraste en contra de los romanos civilizados entre comillas. No obstante, este estilo arquitectónico se lució y muchos otros arquitectos comenzaron a recurrir a este estilo en sus futuras construcciones, propagando así iglesias góticas a través de Europa.
Gracias por leer,
Batuhan
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