Sobre la Eutanasia

 Sobre la Eutanasia


 Con el aumento reciente en el número de países que promulgaron leyes que aprueban la eutanasia, el segundo milenio después de Cristo ha sido una caldera prolífica para debates acalorados al respecto. Por un lado hay sacerdotes cristianos o imames musulmanes que abogan por la sacralidad de la vida humana mientras que muchos médicos y abogados se posicionan en favor de la muerte asistida por otro lado. Algunos dicen que el derecho de vivir es renunciable por su titular mientras que los demás desaprueban este procedimiento y lo afean con toda su fuerza. ¿ La vida es un derecho al que podemos renunciar o es una obligación conferida por un ente divino? 

 Primeramente, me parece lógico empezar por la definición de la muerte asistida o la eutanasia en términos medicales ya que será el objeto de nuestras cavilaciones durante un rato. La eutanasia es, como la define la Real Academia Española, la intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura. En su segunda definición que es más lacónica, dice que es la muerte sin sufrimiento físico. No sé si hay que resaltar o subrayar las palabras "sin sufrimiento físico" ya que es patente. Es un procedimiento al cual se recurre cuando el paciente no tiene más remedio. Sin embargo, siento la necesidad imperante, por honestidad, de hacer hincapié de la presencia de algunos ancianos que optan por una muerte tranquila porque no les significa más continuar puesto que no tienen una familia y perdieron sus amigos de larga data. De todos modos, aparte de estas muertes voluntarias por aburrimiento, el primer propósito de la eutanasia es la terminación de los dolores de una persona cuyo padecimiento no se puede sanar definitivamente.

 Una vez esclarecida la definición, podemos proceder a continuación a meditar sobre sus pros y contras. Ya que no soy una persona a la que no le gusta hacerles esperar a los demás, quiero dar a conocer mi postura acerca del tema de antemano. Personalmente, opino que tanto la muerte asistida como otros procedimientos medicales controvertidos tales como el aborto o la gestación subrogada son las libertades individuales que se deben emprender con prudencia y conciencia porque se trata de una responsabilidad ética en torno sea a nuestro ambiente o a nosotros mismos. Sea como sea, estos procedimientos forman parte de nuestras libertades si bien nos contradicen los sacerdotes con el argumento de que la vida es sagrada y nos ha sido otorgada por Dios con la intención de que la apreciemos. En este argumento, hay algunos fallos por notar. En primer lugar, no todos han de creer los mismos valores religiosos que ellos. Además, si la vida mundanal es un tipo de examen para nosotros, ¿ a qué sirve vivir sin conciencia o con insoportables dolencias que nos impiden pensar sana y sesudamente. No me voy a explayar en este argumento ya que pone en tela de juicio la religión y, más allá de esto, nos adentraremos en la religión, algo que no tengo la intención de hacer en este escrito mío. Todavía habida cuenta de la religión, necesito argumentar que adelantar la muerte ya inevitable de alguien no haría nada más que ahorrar sufrimiento, lo que tal vez sería el mayor favor que le podemos hacer en vista de innumerables trastornos o accidentes que ocasionan dolores inaguantables.

 Por otra parte, los pacientes que se someten al procedimiento no sienten ningún dolor durante él porque ya se les administra el doble de la dosis de analgésico necesaria. Así que el paciente se adormece y su corazón cesa sútilmente de latir y bombear sangre hacia los órganos y la muerte se produce durante el sueño, así que no es un procedimiento brutal. Teniendo en cuenta que muchos ya no pueden resistirse al dolor provocado por la jaqueca y quieren golpear su cabeza contra un muro, siquiera esto sea como un escarbadientes picando la piel con respecto a la magnitud de dolor inimaginable de enfermedades como el herpes zóster, la apendicitis o la hernia discal. Aunque el número de personas que solicitan la eutanasia por estas enfermedades sea mínimo, es en gran parte debido al hecho que ellos se pueden curar; sin embargo, ya sabemos que existen enfermedades que no se pueden sanar y cuyos pacientes están obligados a medicarse permanentemente para no padecer angustiosamente, lo que se llama el cuidado paliativo. Para mí no es de extrañar, tampoco debería ser para ustedes, que las víctimas de este tipo de dolencias soliciten una muerte tranquila e indolora, siquiera sea un pecado según sus creencias o no.

 En conclusión, opino que la muerte asistida es un procedimiento que todas las personas, que cumplen con ciertos criterios como la mayoría de edad o el sano juicio, deben estar autorizadas a solicitar este procedimiento ya que la vida es un derecho cuyas fronteras no pueden ser transgredidas por los demás aunque sean los ministros de Cristo o de algún otro tipo de deidad.

Les agredezco que hayan leído hasta aquí.
Athel.
 

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