La Importancia de la Valentía

  La Importancia de la Valentía contra Grupos de Represión

 

 Desafortunadamente, el número de personas, que disponen de algún tipo de franqueza y arrojo para alzar su voz en contra de los actos enconosos e injustos, está bruscamente menguando hogaño. Estoy totalmente consciente de que redacto a cascoporro acerca de nuevos movimientos que blanden la bandera engañosa de inclusión y no hacen nada más que excluir. Ascendieron los peldaños de la escala social y acapararon el monopolio de las redes sociales, acreciendo su poder de sanción. El mundo universitario se está desmoronando paulatinamente justo por la presión ejercida por dichos movimientos tales como Woke, Me Too, Neofeminism, LGBTQ+, etc. Los científicos y los investigadores no se atreven a publicar sus estudios a causa de la posible existencia de un término supuestamente despectivo con respecto a un cierto grupo marginado. Ralentizan y aun paran el progreso científico, imaginando desempeñar un rol liberador como si fuesen la punta de lanza de una gran revolución societal cuyos ejemplos son abundantes en la historia humana y no nos faltan. Alego que eso constituiría uno de los problemas más agravados del mundo actual y alguien ha de aferrarse a su pluma al respecto.

 A consecuencia de esta depravación social servida como remedio para un mundo mejor donde todo el mundo es igual, la gente está perdiendo su valentía por la represión a la que está expuesta y se resigna a la mentalidad virulenta y "maloliente" de estas comunidades en vez de rebelarse colectivamente. Pero si nadie opone aun resistencia ínfima, ¿ cómo se supone que vamos a poder detener la propagación frenética de estas comunidades que se esmeran por sujetar las riendas de nuestra boca y pluma? No obstante, entiendo por completo la angustia que ellos siembran en el corazón de gente inocente. Un sinfín de personas fueron sujetas a la opresión verbal y linchamientos digitales, al cabo de los cuales tiraron la toalla y dimitieron o renunciaron a algo que les es de importancia. Tal vez sea el mayor problema de la humanidad contemporánea nuestra falta de organización en calidad de inteligentes intrépidos ya que los necios tienden a sindicarse, en el sentido figurativo, mientras que los sensatos se contentan en su capullo. No sienten la necesidad imperante de agruparse ni la de dar prole virtuosa, razonable e inteligente. Me parece un capricho del destino que las figuras más preeminentes sea de la ciencia o sea de la filosofía murieron sin descendencia alguna. A veces, pongo verdaderamente en tela de juicio el razonamiento de la Providencia en el caso de que exista una. Quizá sea lo que ideó para nosotros, ¿ inclinarnos hacia la corrupción y sensiblería?

 Además, me arrepiento de decir cabizbajamente que ojalá eso fuese la única herida que causan pero no. Por encima de escudriñar esos artículos científicos recién publicados con el fin de hallar un término "injuriante," tampoco se abstienen de contradecir la ciencia para adelantar su agenda política e ideológica. Es un tema que ya traté en uno de mis ensayos previos pero me siento obligado a citarlo y reiterar los efectos pavorosos e infames para bien ejemplificar mi argumento: el transexualismo. Los grupos Woke y LGBTQ+ postulan que existen más de dos géneros y que el género es un constructo social que no debería ser considerado como rígido tal y como es a fecha doy, sino como flexible y maleable. Esto encabeza la lista de las maleficencias perpetradas por los grupos patrañeros e infundiosos del nuevo orden mondial. A mi parecer, el hecho de que contrarian la ciencia debe de azorar y conturbar a la gente. Sin embargo, lo que hace es irónicamente lo opuesto. Llega a oprimir y asustar a los que abogan realmente por la ciencia y la conservación de los valores éticos de los cuales disponemos a día de hoy. Eso, a no ser que sea resuelto pronto, nos conducirá a una catástrofe y yo, contrariamente a todas mis quejas a propósito de estas comunidades opresoras, quiero también pensar que una parte del problema radica en los sensatos. No importa que se repantiguen en su sillón por indiferencia o que se pongan en cuclillas por miedo, tienen la responsabilidad, o mejor dicha la complicidad, en este problema siempre y cuando no hagan nada.

 En comparación con el pasado, se puede ver claramente que había una multitud mucho más numerosa de corifeos que determinasen las tendencias generales. En el curso de las últimas décadas, estos personajes influyentes fueron mermando continuamente. A pesar de que el siglo XIX fue una era ilustre de científicos y filósofos ínclitos de la Iluminación y que el siglo XX fue marcado por los avances revolucionarios y aturdidores que los físicos eximios e insignes posibilitaron, el siglo actual carece aparentemente de esta profusión de personajes que voceen con autoridad y autoconfianza. Aquí debo de dar a entender que todavía tenemos personajes brillantes, ya sería injusto no decirlo, pero están extremadamente más enrarecidos comparativamente al pasado.

 En cuanto a la razón, opino que tengo una teoría verosímil. A mi parecer, se podría equiparar este asunto con los inconvenientes de la democracia. Como ya traté en mi blog, una miríada de filósofos se negaron a aprobar la democracia a lo largo y ancho de la historia debido al desvío electoral como yo lo denomino. El desvío electoral es el hecho bastante intuitivo de que cuantos más electores participan en una elección, peor es el resultado en materia de las cualidades del candidato que sale victorioso porque las multitudes no suelen pensar individualmente, sino actúan bajo el yugo de los lemas. Un discurso de 30 minutos grandilocuente y lógico no vale tanto como un lema de cuatro palabras que transmite un mensaje fatuo pero galvanizador. Esto explica perfectamente por que la juventud actual se posiciona políticamente más a la derecha o aun a la ultraderecha ya que los líderes derechistas o ultraderechistas la bombardean con bordoncillos lacónicos aunque no posean un fundamento ideológico robusto. Por tanto, me pueden preguntar si no existían estas figuras antes. Sí, aun existieron ante nuestros ojos figuras como Hitler o Stalin. Sin embargo, la invención de Internet facilitó el acceso al público para nuevos dictadores que se miden en miles. Además, estos embusteros pulularon hasta medirse en miles como acabo de enunciarlo en mi previa frase mientras que su número no rebasaba una decena en el pasado. Concluyentemente, tanto aumentaron como se fortalecieron mediante el Internet.


 Para concluir, me parece conveniente abordar la salida de este atolladero. Entonces, ¿ Qué podemos hacer? En mi opinión humilde, para romper esta cadena de sensiblería y corrección excesiva (SJV), hay que empezar a alzar su voz y soltar por la lengua lo que se guarda adentro. Al principio, es seguramente ineluctable que se van a abatir sobre algunos de nosotros que manifiesten el denuedo de ejercer su libertad de expresión en toda la acepción de la palabra. No obstante, estoy seguro de que una contrarrevolución acabará aplastando su oponente ya que no cabe duda de que las personas que se adhieren a estas comunidades sensibleras son desmesuradamente menos numerosas que las que no se adhieren. Asimismo, una de las soluciones aplicables sería dejar de marginar a los márgenes a escala ideológica con la esperanza de que aislarse del resto para destacarse con su radicalismo deje de ser algo cotizado por el público. Por encima, todos tenemos la obligación moral de divulgar esta realidad puesto que un sinfín de jóvenes continúan cayendo en las garras del radicalismo justo para ser diferente y pertenecer a un grupo minoritario. Estos son soluciones que podemos probar pero lo más crucial sería inculcarles a nuestros hijos el rasgo de la valentía desde una edad temprana para que no tengan miedo a vocear sus objeciones cuando tengan una.

 Gracias por leer.
Athel.

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