El maltrato animal y sus posibles implicaciones
El Maltrato Animal y Sus Posibles Implicaciones
Desde los albores de la historia, el hombre, en búsqueda de protección, alimento y prenda, ha manipulado la naturaleza en mayor o menor medida a fin de colmar sus necesidades vitales e imprescindibles. Criar ganado, domesticar perros, amansar elefantes y todas las otras prácticas de interacción con la fauna le han proporcionado mayores probabilidades de sobrevivir y prosperar sin complicaciones ni contratiempos. Al principio, los animales desempeñaron un rol de acompañante para el ser humano, pero, desgraciadamente, fueron transformados en desalmados sirvientes despiadadamente instrumentalizados por nosotros.
Para ejemplificar, se podría pensar en los lobos que se acercaron al hombre so capa de cooperación, ya que éste les daba de comer cuando los lobos le secundaban en materia de cacería. A la larga, los lobos se volvieron mansos el hombre se aprovechó de la flexibilidad conductual de dichos caninos para amoldarlos a convivir con él. Se acostumbraron al estilo de vida humano, empezaron a considerar a los humanos como el "Alfa" de sus jaurías y se integraron en nuestro mundo. Así, a medida que las eras se transcurrieron, los lobos silvestres e indomables dieron cabida a los perros y cachorros mansos cuya lindeza todavía nos hechiza.
Sin embargo, toda historia tiene su reverso como cada medalla tiene su otra cara: sucumbimos a la codicia y permitimos que nuestros corazones se empederniesen. Como resultado, no todas las criaturas del reino animal compartieron la buenaventura de los caninos salvajes. Leones, elefantes, rinocerontes, tigres, y muchos otros fueron domados a la fuerza mediante una continua exposición a la presencia humana desde su nacimiento. En concreto, recurrimos a la violencia y distintas astucias. Secuestramos cachorros de león y los expusimos a la presencia humana, o aún peor, emboscamos crías de elefante y dejamos que fuesen maltratadas por criadores disfrazados en traje negro que cubre hasta su rostro para, posteriormente, nutrir y acariciarlas con una dulzura maternal en sus atuendos normales que exponían su rostro esperando que, como son crédulas e ilusas, se enamoren de sus supuestos "salvadores" que no eran otros que los maltratadores en traje negro en primer lugar.
Nuestra indómita proclividad a infligir todo tipo de congoja, sufrimiento o dolor a los animales se extendió tristemente por doquier. Al subir a la cima de la cadena alimenticia los humanos, nos volvimos más malévolos e inicuos que antes, lo que es inexorablemente conducente a un mundo moralmente corrupto y deslucido. Solo en Estados Unidos se registran anualmente más de 10 millones de casos de abuso o maltrato animal. Aunque en comparación con el pasado sangriento de la humanidad hayamos mejorado en cierta medida, todavía las estadísticas señalan un alarmante augurio. Además, pese a que Europa haya resuelto su problema de animales callejeros en su conjunto, también el número exponencialmente creciente de animales callejeros que arriesgan con enfermedades incurables tales como la rabia la vida de transeúntes pasando por el cubil de éstos últimos causa estragos irreversibles en la India y otros países del Sur Global.
En fin, ¿qué solución o método podríamos emplear para mitigar las consecuencias adversas de este oprobio? Antes de todo, es ineluctable que organismos como órganos de la ONU convoquen reuniones de urgencia. A no ser que la entereza o, por lo menos, una parte integral de los países alrededor del globo se ponga de acuerdo sobre los primeros pasos por dar, habrá siempre un revoltijo bochornoso e ineficaz de aplicaciones judiciales a nivel internacional. Al lograr esto una vez por todas, los gobiernos a través del mundo pueden empezar con legislar y estatuir leyes en contra de los delitos y crímenes con respecto a animales.
Dicho todo esto, no podré decir nada a propósito de las soluciones prospectivas visto que soy totalmente imperito en la materia además de estar desprovisto del conocimiento práctico. Lo que yo me afané aquí por hacer ha sido simplemente concientizar a mis queridos lectores y lectoras para que sepan más del tema y sean más conscientes de la extensión ignominiosa de él.
Muchas gracias por leer.
Batuhan "Athel" AZELOĞLU
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