Reseña Crítica del Libro "Utopia" por Thomas More

 Reseña Crítica del Libro "Utopia" por Thomas More   

    

    El año 2023 fue para mí un periodo bastante fructífero en términos de lectura ya que tuve la ocasión de leer las obras maestras de muchos autores, pero hay que admitir que uno de los libros pegadizos que más me impactaron durante el año fue sin lugar a dudas la obra maestra de Thomas More: Utopia. En realidad, comencé a leer el libro el 19 de diciembre y lo terminé el 2 de enero 2024, por lo tanto puedo bromear que su lectura me llevó un año.

    Thomas More o Tomás Moro con la versión española de su nombre, estadista y autor de origen inglés, era un literato prolífico para su tiempo, puesto que nació en 1478 y produjo un gran número de obras literarias entre las cuales la que más destaca es Utopia publicada en 1516. En paralelo a la mayoría de sus obras, escribió Utopia también en latín que era el idioma dominante entre la clase alta inglesa, es decir la élite, en cuanto a la escritura. Amén de su andadura literaria fulgurante, se reputaba como un hombre ascético y endevotado con convicciones religiosas muy febriles tal y como relata su amigo cercano, el teólogo y autor holandés Desiderius Erasmus famoso por su obra "Elogio de la Locura". Era un devoto católico que recurría de vez en cuando a prácticas religiosas extremas como la autoflagelación; por tanto escribía también sátiras en contra de tanto el movimiento protestante emergente como su vanguardia Martin Lutero, al que él regaña y afea con vehemencia en su tratado satírico llamado en latín "Responsio Ad Lutherum" o "Respuesta a Lutero" en español contemporáneo. Sin embargo, su adhesión fiel a la iglesia católica complicó las cosas y comprometió la estima que el rey Henry VIII le testimoniaba cuando este último resolvió en un acto díscolo y disidente a fundar su propia iglesia, que sería denominada la Iglesia Anglicana más tarde, y encabezarla en vez de ceder este puesto a un líder espiritual más apolítico y benemérito. Al denegarle este reconocimiento a Henry VIII, del que había sido consejero y embajador durante un largo tiempo, el rey caprichoso e ingrato, conviene decirlo, mandó decapitar a su antiguo consejero y así puso un fin prematuro a su vida en 1535.

Santo Tomás Moro o Sir Thomas More

    Por sus características inesperadamente progresistas, modernas para su época y revolucionarias para el entorno literario que rodeaba al autor, Utopia se convierte con el paso de los años en uno de los libros más influyentes de toda la literatura occidental. La mente abierta y la creatividad inmensa que el autor compagina hábil y apañadamente contribuyeron, a ciencia cierta, al carácter atemporal e imperecible de su obra. De hecho, el giro, la estructura narrativa y el estilo que emplea Thomas More no manifiesta, a ojos vistas, maturidad literaria, ni mucho menos, a raíz de la escasez de producciones ejemplares por seguir y próceres, en el sentido artístico, por imitar. Cuenta tenida del siglo en el que fue escrito y sus circunstancias, ya no se puede esperar una estructura magistral y compleja donde los acontecimientos se enlacen de manera fluida. Aunque su estilo no sea tan admirable como el de autores de periodos posteriores como Jack London, Victor Hugo, Jules Verne o, para ejemplificar su figura opuesta, George Orwell, las ideas que Thomas More expone en este libro son inconmensurablemente previsoras y progresistas. Por ejemplo, se puede apreciar un estilo mucho más encantador en 1984 de George Orwell ya que data de una época posterior donde existía un acervo literario gigantesco en el que inspirarse; sin embargo, George Orwell no pergeñaba nada nuevo, sino recopilaba sus observaciones en un conjunto coherente con palabras adornadas pero la forma en la cual lo hacía era tal que nadie lo había hecho antes. Por lo tanto se fraguó una reputación sólida entre las grandes plumas de su época. Por otra parte, Thomas More se inspiraba en su mera imaginación, así y todo podía idear conceptos, personajes y situaciones inhabituales y del sentido de los cuales era difícil percatarse para la gente de aquel entonces. A mediados de su obra relata las costumbres maritales de los "utopianos" y explica que los prometidos—aunque en el libro no menciona desposorios, voy a usar el término prometidos—se presentaban en vivas carnes para examinar el cuerpo uno de la otra y al revés. Para justificarlo dice que incluso cuando se va a comprar un caballo, se le quita toda la montura, es decir la silla, el jaez, etc., para asegurarse de que no sufre de alguna herida o llaga abierta, ¿ por qué no se haría lo mismo para la persona con la que se va a pasar el resto de su vida? La absurda impresión inicial que concebimos a primera vista se esfuma poco a poco a medida que pensamos en esta práctica y acabamos por darle razón por lo inusual que nos resulte. Si parece a una gran mayoría de nosotros tan arduo de digerirlo aun a fecha de hoy, se me antoja imposible imaginarme lo inaceptable que fueron sus ideas para su tiempo.

    En pocas palabras, en su afamada obra Thomas More versa sobre un país lejano, Utopia, ubicado en el continente americano cuyo orden es inquebrantablemente impecable donde los miembros de la sociedad poseen propiedades sea perfectas o sea cerca de perfectas. Se trata del retrato descriptivo y pormenorizado de la mejor sociedad que sea posible, la sociedad intachable e irreprensible.

    El protagonista es el mismo Thomas More que presenta su narrativa desde su propia perspectiva. Él es un embajador ordinario del rey inglés Henry VIII y, al comienzo del libro, es enviado a Flandes como parte de un comité diplomático con el fin de componer documentos legales y entretener las relaciones bilaterales entre ambos países. Desde Flandes llega, en el ajetreo y bullicio de su misión, a Amberes, conoce a algunos personajes eminentes, el más importante de los cuales es Peter Gilles que le presenta a un instruido viajero, un trotamundos, de fascinante inteligencia y cultura general que se llama Raphael que viajó por alrededor del mundo y visitó muchos países, uno de los cuales se llama Utopia. Pues la esquema general de la historia cambia en este punto después de que Raphael comenzase a contar su experiencia memorable en el seno del pueblo utopiano. Desde este momento, el resto de la historia es una simple citación, el monólogo de este Raphael con unas pocas interrupciones esporádicas por parte de su interlocutor, nuestro protagonista Thomas More.

Utopia es básicamente un país insular cuyos gobernantes ni ciudadanos anhelan por la expansión de su territorio sino prefieren mantener la opulencia, tanto a nivel económico como social, del pueblo, velando por que todos vivan en paz y prosperidad. A partir de la expresión "el Nuevo Mundo" del libro se puede inferir que este país se sitúa en algún lugar del vasto continente americano, si bien no disponemos de detalles más específicos con respecto a su localización. 

    Utopia, la sociedad y el país ideal, dista de otras sociedades convencionales en una miríada de aspectos. En primer lugar, aborrecen la guerra y la expansión por conquista, por ende se contentan con la poca tierra que poseen para cultivarla con mayor eficacia posible y con la poca gente que inhabita la isla para instruirla tan habilidosa y profusamente como sea posible. No atribuyen ningún honor especial al martirio y rezan para que haya menos derramamiento de sangre posible tanto del lado de sus soldados como del de sus enemigos. Comparablemente al comunismo, tienen y nutren una culpabilidad colectiva por los delitos, crímenes y las maldades que derivan de ellos; culpabilizan a la sociedad misma por el hecho de que un hombre robó un trozo de pan porque significa que probablemente no fue dado las oportunidades esenciales para poder ganarse la vida. En este sentido, se lo podría equiparar equivocadamente con un ideal filosófico que no representa bien la intención del autor, ya que su texto está salpicado de elementos liberales, lo que no supone tampoco una actitud literalmente "liberal" en la mayor acepción del término. En lo que atañe a la política actual, Utopia no es ni derechista ni izquierdista, sino es una obra que no encaja en ningún molde ideológico al contener un poco de todo. 

    Aparte de esto, Utopus, el fundador de Utopia, dio la libertad de conciencia, y la tolerancia religiosa prevalece en Utopia. Cada individuo puede ejercer su derecho a creer en la religión que le apetezca y le parezca lógica. Incluso sus templos no están construidos específicamente para un Diós de manera pormenorizada con adornos especiales, sino que están sobrios en arquitectura para que todo el mundo pueda beneficiarse de este lugar de recogimiento a su manera sin importar la religión a la que adhieran. Utopia es completamente monoteísta pero sus ciudadanos practican, como lo reivindica Raphael, el monoteísmo aunque cada uno llame a su Diós con un nombre distinto. Coexisten cristianos que recién vinieron al lugar y creyentes de otras creencias monoteístas, así todo el mundo prefiere el nombre "Mithras" por conveniencia. Un entorno de tal paz religiosa era, en aquel entonces, más allá de lo imaginable, en particular cuando se tiene cuenta de las masacres perpetradas por causa de denominaciones cristianas que aun no podrían ser llamadas religiones separadas. No obstante, es claro que el autor Thomas More nutre una aversión visceral hacia el paganismo politeístico y sus derivados.

    En Utopia, se rigen con principios democráticos y cada aldea envía cada año tres diputados al senado establecido en la capital "Amaurot". Si bien estos diputados designan a un príncipe de entre sí, este está investido con autoridad bastante restringida. En el caso de que abuse de su poder, está presurosamente depuesto. Siempre y cuando el dirigente cumpla con su tarea exitosamente, el pueblo tiende a mantener al líder en el poder. Por consiguiente, el sistema, a pesar de ser dinámico, no bulle con acción y se esfuerza por mantener la calma y la inercia tanto como pueda. Considerando que el concepto de república, excluyendo algunas ciudades estado italianas, una república sin monarca regulador y vigilador, no se plasmaría hasta la revolución francesa de 1789 iniciada por la toma de la Bastilla, sus ideas eran bastante adelantadas a su era.

    También esta obra depara a sus lectores un sinfín de otros detalles decentemente esparcidos a través de sus capítulos, cada uno de los cuales está reservado para comentar un aspecto diferente de esta sociedad que se distinguía noblemente incluso de sus vecinos, otros países circundantes. Por ejemplo, la estructura familiar, la rutina diaria de los utopianos y sus profesiones están minuciosamente aclarecidos sin traicionar la realidad del tiempo, lo que no es asombroso ya que en su ficción utópica se trataba de un pueblo contemporáneo para el mundo que él mismo vio. Asimismo, él era ya primero en escribir una tal historia que más tarde se grabaría en la historia de la literatura como una categoría tanto nueva como innovadora conocida con el mismo nombre del lugar relatado: Utopia o obras utópicas.

    A modo de conclusión, se puede decir fácilmente que es uno de los libros que todo el mundo debería leer al menos una vez en su vida para conocer la raíz de esta categoría y aprovechar de su imaginación muy adelantada a la de sus contemporáneos. Sin embargo, no es, a mi parecer, una obra cautivante a causa de su inmadurez estilística que interrumpe en gran medida la lectura imposibilitando un progreso fluido con su rasgo plúmbeo aunque es, pese a todo, una obra maestra que imprime una marca indeleble en su lector o lectora.

Muchas gracias por leer,
Batuhan.
    

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