¿ El Amor es Natural o Sobrenatural ?

 ¿ El Amor es Natural o Sobrenatural?

  Recuerdo algunos momentos en los que estaba totalmente enamorado de una chica, y también como la presencia de mi media naranja me serenaba lo que sea el problema que tenga en mente acosándome. Era un obsequio a precio inestimable para mi alma. Pese a las memorables cosas que vivimos juntos, el amor también, como todas las cosas, tiene un fin salvo algunos casos excepcionales. Es exactamente en esta ruptura amorosa que nos muestran su poder físico nuestros sentimientos. Somnolencia resoluta en persistir, tendencia inexorable a llorar, fatiga mental, falta de concentración y muchas más consecuencias dañinas del desamor se abaten cruelmente sobre nosotros y el color rosado de la vida se desvanece dando cabida a una desesperación lóbrega. ¿ Pueden todos estos efectos de la pérdida de un ser bienquerido ser el resultado de la falta de dopamina y oxitocina? ¿ O hay algo más ? Es lo que os propongo cavilar.

 Un afamado filósofo griego llamado Platón dijo una vez que el amor es una enfermedad mental muy grave. Por el contrario, San Agustín, uno de los padres fundadores de la Iglesia Católica, dice que el amor es la belleza del alma. Puesto que precisa que aclare mi postura desde el principio en un tal texto, debo confesar que me ladeo con San Agustín aunque existan algunos puntos de Platón a los que daría irreflexivamente razón. El amor puede componerse de elementos biomecánicos, sin embargo, posee tantas características distintas de fenómenos meramente corporales que estoy totalmente convencido de que tiene a ciencia cierta una índole sobrenatural que no se puede explicar con el método científico. 



 Primeramente me voy a esforzar por desacreditar la opinión de Platón en torno al amor. Desde mi punto de vista, el amor no puede ser una enfermedad ya que el ser humano, desde su llegada a este despiadado mundo repleto de crueldades y horrores, anhela el amor, la sensación de sentirse amado y seguro. Por ende, una manifestación del amor a escala corporal y sicológica no resultaría de una dolencia. Al no ser ningún experto en el dominio, voy a decir personalmente, en calidad de amateur apasionado de las ciencias, que me "parece" que el amor es un instinto natural y un aspecto intrínseco que lleva todo ser humano sin importar su orígen, edad o filosofía. Por lo tanto, con la definición del amor que acabo de redactar, este sentimiento poderoso se circunscribe a una necesidad primaria tal y como lo es beber y comer. La única diferencia es que no morimos por falta de amor cuando no acertemos a encontrar un cónyuge idóneo. ¿ O morimos ?

  Lo creáis o no, existe un trastorno médico que se llama —el síndrome de corazón roto— y que se puede extralimitar de los límites de una afección leve para cobrar un cariz mortífero. Es causado por estrés extremo y emociones intensas; cuando ocurre, se manifiesta en sus fases iniciales con un dolor en el pecho y puede hacer dudar a su sufridor/a de un infarto. A quienquiera lo padezca, en mayor o menor medida, se le recomienda que consulte su médico. En resumen, para enlazar el párrafo con el resto de mi escritura, me siento en la necesidad imperante de apuntar la relación implícita entre el bienestar físico y el equilibrio sentimental como prueba del poderío mágico ejercido por nuestros pensamientos sobre nuestro frágil cuerpo.

 Así y todo, existen criptofilósofos que aducen este padecimiento a modo de prueba para demostrar que el amor no es nada más que lo físico, que es una alegación que plantea interrogantes. A mi juicio, este curioso síndrome prueba lo contrario: los conceptos que se balancean en nuestra mente ejercen una influencia tanto sobre nuestra salud física como la mental. Por consiguiente, el amor, si bien abstracto e inpalpable, es una noción existente a fachadas naturales y sobrenaturales. Por extensión, tampoco es una invención arbitraria de los vendedores de rosas de San Valentín. 

 Además, aunque nuestro cuerpo funcione a una alacridad alucinante, la escala temporal en la que nos ponemos a regocijar o entristecer al ver a un/a (ex)novio/a excede todo entendimiento humano. Normalmente, se adelanta que nuestros sentimientos se rigen a través de las hormonas que son segregaciones químicas que inciden en nuestras emociones por vía sanguínea. No me opongo a este hecho irrebatible, empero mis sentidos me susurran al oído que el amor rebasa estas leyes de la naturaleza en muchos aspectos.

 En definitiva, a pesar de no tener intención de lucir como un conservador, estoy consciente de que luzco un pitoche así. Sin embargo, mis argumentos nunca se erigen en contra de la luz iluminadora de las ciencias, sino en colaboración con ellas para edificar las fachadas metafísicas del amor sobre sus fundamentos palpables y medibles. Por ende, a modo de conclusión, querría estructurar mi párrafo de clausura en forma de un discurso: Damas y caballeros, si queréis un milagro en vuestra vida, ¡ enamoraos! porque la maravilla de la vida, el verdadero milagro reside en él, ¿ o ella?
 

 



 

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